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Argentina, de mal en peor

May 04, 2019 • De parte de Daniel Zovatto
Aclaración: Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas de su autor e independientes de intereses nacionales o políticos particulares. Además, estas opiniones no representan necesariamente la posición institucional de IDEA Internacional, su Junta de Asesores o su Consejo de Estados Miembros.

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Argentina se encamina a su elección presidencial de octubre, en medio de una tormenta perfecta carcaterizada por una profunda crisis política, económica y social.

Del 24 al 26 de abril, la econoimía vivió su peor semana financiera del año, consecuencia de dos factores: uno, la creciente falta de confianza que aqueja al presidente Macri y, dos, el temor ante un posible retorno de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) a la Casa Rosada.

Durante esos días, los mercados estuvieron al rojo vivo: el dolar experimentó un abrupto salto, cotizándose por encima de los 47 pesos, mientras el riesgo país también experimentó una importante alza cerrando en 968 puntos. Esta situación disparó todas las alarmas y generó el temor de que Argentina estuviese, una vez más, al borde del abismo.

Ello obligó al gobierno a adoptar, con extrema urgencia, una serie de decisiones dirigidas a controlar la situación. Durante el transcurso de esta semana, la combinación de las medidas implementadas por el gobierno, (reforzamiento del sesgo contractivo de la politica monetaria del Banco Central y una suba de las tasas al 73%), y el fuerte respaldo del FMI a las mismas, lograron traer cierta calma a los mercados, provocando una leve baja tanto del dólar como del riesgo país. Macri necesita controlar el dolar y estabilizar el peso para, de ese modo, estabilizar su candidatura y aumentar las posibilidades de ser reelecto.

Pese a ello, la situación económica y social sigue compleja y volátil. El Banco Mundial proyecta una caída de la actividad de 1.3% en 2019. Los indicadores sociales son igualmente preocupantes: 34% de pobreza, 9.1% de desempleo y una pérdida importante del poder adquisitivo de los salaries (11% en el ultimo año). A ello debemos agregar que la inflación del mes de marzo fue inesperadamente alta, 4.7%, lo cual obligó al gobierno a adoptar nuevas medidas (“precios esenciales y cuidados” para productos de primera necesidad, congelación de las tarifas y otorgamiento de nuevos créditos para la ciudadania), todas ellas dirigidas a dar un respiro a la población de cara a los próximos seis meses y a mejorar las posibilidades de reelección de Macri.

Más polarización, más grieta.

Este complejo escenario constituye la antesala del proceso electoral presidencial y legislativo que tendrá lugar el próximo 27 de octubre, respecto del cual aún no existe certeza plena sobre quienes serán los principales candidatos. De ser necesario ir a un balotaje para definir la presidencia, éste se llevará a cabo el 20 de noviembre.

A la fecha, únicamente el presidente Macri ha confirmado su candidatura. Pese a ello, existen fuertes rumores (que el gobierno desmiente a diario) que sugieren la posibilidad de que si la economía continuase empeorando, el presidente  podría verse obligado a poner en marcha el llamado “Plan V”: ceder su candidatura en favor de María Eugenia Vidal, la actual Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, quien actualmente tiene mejor imagen e intención de voto que la del propio presidente.

Por otra parte, CFK, todavía mantiene en vilo a sus seguidores. Todo pareciera indicar que sí será candidata, sobre todo ahora que pasó a liderar la gran mayoría de las encuestas pese a los múltiples juicios que tiene abiertos ante la justicia por casos de corrupción. Algunos estiman que oficializará su candidatura el próximo 9 de mayo durante la presentación de su libro “Sinceramente”. Otros, en cambio, especulan con la posibilidad de que CFK podría hacer un “renunciamiento histórico” con el objetivo de favorecer la unificación del peronismo y el armado de un frente opositor, lo suficientemente amplio, para garantizar un triunfo frente a Cambiemos.

Tampoco está claro si el proceso electoral de octubre será una competencia altamente polarizada entre Macri y CFK o, si por el contrario, habrá espacio para un tercer candidato más moderado, como podría ser el ex ministro de economía Roberto Lavagna o el lider del Frente Renovador Sergio Massa. Y si bien esta tercera opción, a la luz de las actuales encuestas, pareciera haber nacido tarde y mal planteada, tampoco hay descartarla por completo.

Resumiendo: Macri, un presidente débil, con bajos niveles de popularidad y que atraviesa por el peor momento de su gestión, busca su reelección en una sociedad altamente polarizada y con una economía plagada de malas noticias. En estas condiciones, y sobre todo si la inflación se mantiene alta y la economía sigue deteriorándose, sus posibilidades de obtener un segundo mandato consecutivo estará seriamente en duda.

En mi opinión, el presidente, por jugar con fuego, podría llegar a terminar quemado. Su estrategia electoral lo obliga a polarizar con CFK, para infundir miedo en la sociedad respecto de una vuelta al pasado. Pero ese miedo que aparentemente lo beneficiaría en lo electoral (cada vez menos por cierto según las últimas encuestas), le está complicando el frente económico. Pese a este riesgo, el oficialismo sigue apostando a una competencia entre Macri y CFK, basado en una premisa que acaba de expresar con brutal sinceridad el gurú electoral del presidente, Jaime Durán Barba: “En el concurso de los menos malos, claramente ganamos”. Así de grave: la competencia de octubre no será para elegir al mejor sino al menos malo.

Según una reciente encuesta de Isonomia, Macri perdería hoy un ballotage contra CFK por una diferencia de 9 puntos (45 a 36%). En cambio, del lado del gobierno manejan otros números. De acuerdo a un sondeo de la empresa Demos Consulting, de esta semana, Macri derrotaría a CFK tanto en la primera como en la segunda vuelta. Pero aún faltan seis meses para las elecciones y la experiencia aconseja ser prudentes con la capacidad predictiva de las encuestas con tanta antelación.

Como vemos, el problema es político -falta de confianza en Macri y temor por un regreso de CFK- y la consecuencia es económica. En este contexto de tormenta perfecta, caracterizado por una elevada incertidumbre política y una alta volatilidad económica, con más del 40% de electores aún indecisos, todos los escenarios están abiertos.

Macri deposita su esperanza en que la ciudadanía terminará perdonándole su desmanejo económico con tal de evitar un regreso al populismo. CFK, por su parte, asocia a Macri con el caos, y apuesta a que la crisis socave hasta el final las posibilidades reeleccionistas del presidente. Mientras Macri y CFK continuan profundizando la polarización, Argentina va de mal en peor.

Una versión de este artículo fue publicada originalmente en CNN Español.

Acerca de los autores

Ex miembro del personal - Daniel Zovatto
Director for Latin America and the Caribbean
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