Migración y elecciones

Repensando la inclusión en una era de movilidad global. La movilidad humana es un rasgo característico de nuestra época. A medida que las personas se desplazan cada vez más —a través de fronteras, dentro y entre regiones y países, y entre comunidades—, sus desplazamientos plantean preguntas fundamentales sin respuesta sobre la participación democrática y la inclusión política. Si bien el derecho al voto se reconoce ampliamente como un pilar de la gobernanza democrática, su ejercicio en la práctica suele verse limitado por la premisa de que los electorados tienen residencia permanente y estabilidad territorial.
Nepalese migrant workers arrive at Tribhuvan International Airport in Kathmandu on 27 September 2013. Credit: PRAKASH MATHEMAAFP via Getty Images

Actualmente, en muchos sistemas electorales, el derecho al voto sigue estando supeditado a la presencia física del votante en un colegio electoral designado el día de las elecciones. Este modelo de sufragio basado en la residencia contradice las realidades de un mundo cada vez más móvil, donde millones de ciudadanos viven fuera de su lugar de empadronamiento, ya sea temporal, estacional o permanentemente.

Los migrantes, ya sean internos o internacionales, son frecuentemente excluidos de los procesos electorales, no por la pérdida de la ciudadanía o de su derecho al voto, sino por barreras administrativas, legales, logísticas, financieras y de otra índole que no justifican su movilidad. Esta desconexión subraya una creciente tensión entre el derecho al voto y el derecho a la movilidad, entre las realidades dinámicas de la movilidad humana y la persistente rigidez y estancamiento de los marcos electorales.

A medida que la migración continúa creciendo de forma constante a nivel mundial, garantizar la inclusión política de las poblaciones móviles no es meramente una cuestión técnica u operativa, sino una cuestión fundamental de legitimidad democrática. La persistente incapacidad de muchas jurisdicciones en todo el mundo para adaptar los marcos electorales a los patrones actuales de movilidad global priva de sus derechos a millones de ciudadanos y les niega una voz política.

Avanzar en sistemas electorales más inclusivos requiere una reflexión crítica sobre la participación electoral y replantear las preguntas fundamentales de por qué, dónde, cómo y para quién se vota. A medida que los patrones de movilidad humana siguen evolucionando, cerrar la brecha entre la movilidad humana y la participación democrática se vuelve cada vez más urgente para defender de forma significativa los principios del sufragio universal, la igualdad política y una gobernanza verdaderamente representativa.
 

Promoviendo el derecho al voto para los/las votantes ausentes del sur de Asia: desafíos y perspectivas

Base de datos de votación desde el extranjero

Permitir que los ciudadanos voten fuera de su país de origen ha sido desde hace tiempo un problema en el diseño y la gestión electoral. A medida que el número de países que celebran elecciones ha aumentado significativamente durante el último cuarto de siglo, este tema se ha vuelto aún más relevante. No se trata solo de que muchas más personas viajen y trabajen en todo el mundo. A medida que se celebran elecciones en países en transición tras regímenes autoritarios, y aún más tras conflictos violentos, el derecho de los refugiados y de las personas que viven fuera de un país a participar en la construcción de su futuro cobra cada vez mayor importancia y relevancia.

La Base de datos de votación desde el extranjero (Voting from Abroad Database) proporciona datos comparativos sobre las prácticas de votación en el extranjero para 216 países y territorios de todo el mundo.

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