Apoyo a la democracia en un nuevo contexto geopolítico: evento de alto nivel en el marco de la 80.ª Asamblea General de la ONU
 
El panorama de la democracia global está experimentando una profunda transformación, moldeada por el auge del autoritarismo, la controversia en torno a las normas democráticas y la evolución de la dinámica del poder geopolítico. Las alianzas que antaño sustentaban la cooperación internacional en materia de democracia y derechos humanos se ven puestas a prueba, cuestionadas, debilitadas y redefinidas. Ante la convergencia de tantos desafíos globales, este momento de crisis no solo representa una oportunidad única, sino también una necesidad imperiosa de forjar nuevas alianzas y crear espacios para un liderazgo diverso e inclusivo, tanto del Sur como del Norte Global, fomentando una amplia apropiación transversal de la agenda democrática global para la renovación de la arquitectura democrática internacional.
Reconociendo la urgente necesidad de responder tanto a estos desafíos como a estas oportunidades, IDEA Internacional, junto con sus estados miembros y socios —incluidos los Gobiernos de Suiza (que ostenta la Presidencia de IDEA Internacional en 2025), Canadá, Chile, Estonia, Ghana, Mongolia y Sudáfrica— aunaron esfuerzos con el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá y la Colaboración para la Confianza, la Rendición de Cuentas y la Inclusión, para convocar una mesa redonda de alto nivel sobre “Apoyo a la Democracia en un Nuevo Contexto Geopolítico”.
Organizado en el Centro para la Justicia Social de la Fundación Ford, en el marco del 80.º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el evento reunió a ministros de Relaciones Exteriores, representantes permanentes, líderes de organizaciones multilaterales, filantropía, el ámbito académico y la sociedad civil. Los debates fueron constructivos y orientados al futuro. Representantes de democracias de todas las regiones reflexionaron sobre sus propias trayectorias y experiencias democráticas, destacando el valor del aprendizaje mutuo y el diálogo. Los participantes coincidieron en que la democracia nunca puede darse por sentada y que su protección requiere un compromiso renovado y una colaboración interregional e intersectorial.
Al inaugurar la sesión, Martin Abregu, vicepresidente de Programas Internacionales de la Fundación Ford, subrayó la urgencia del momento:
Reconocemos que vivimos tiempos de profundos cambios globales, sobre todo en el orden mundial que ha configurado la era posterior a la Segunda Guerra Mundial. Entre muchos cambios, destaca el continuo debilitamiento de la democracia a nivel mundial, lo que nos obliga a replantearnos cómo la apoyamos y sostenemos; un desafío que genera tanto urgencia como oportunidad.
La democracia en una encrucijada: Forjando alianzas inclusivas
El panorama era claro: la democracia se enfrentaba a sus mayores obstáculos en décadas. Los datos del informe Estado Global de la Democracia de IDEA Internacional mostraban que 2024 marcó el noveno año consecutivo en el que más países retrocedieron que avanzaron, una tendencia sin precedentes desde que se iniciaron los registros en 1975. Al mismo tiempo, el sistema multilateral se encuentra en su punto más débil, y cada vez se reconoce más que la erosión multilateral y el declive democrático se refuerzan mutuamente.
Ante las profundas pruebas de resiliencia y legitimidad que enfrentan las democracias en todo el mundo, los desafíos que afronta la democracia en cualquier lugar se han convertido en desafíos para todos, lo que exige una búsqueda conjunta de respuestas: nuevas visiones basadas en investigaciones, datos y evidencias sólidas, guiadas por la firme resolución de permanecer unidos y forjar alianzas duraderas en defensa de los ideales democráticos. En un mundo cada vez más interconectado, la innovación y la renovación democráticas están surgiendo en todas las regiones, y el intercambio mutuo de estas lecciones ofrece nuevas vías hacia el progreso democrático colectivo. Este momento exige nuevas formas de liderazgo inclusivo y basado en principios, capaces de impulsar un multilateralismo fundamentado en valores democráticos compartidos, responsabilidad mutua y un propósito colectivo. Al inaugurar el debate, el Dr. Kevin Casas-Zamora, secretario general de IDEA Internacional, hizo un llamado a renovar la colaboración para revitalizar la democracia en un mundo en constante cambio, subrayando que el camino a seguir reside en los intercambios inclusivos y en la creación de nuevas alianzas y asociaciones horizontales y diversas.
“Solo mediante intercambios inclusivos —con países de todo el mundo y con actores tanto institucionales como de la sociedad civil— generaremos las ideas, las oportunidades y las soluciones que necesitamos para proteger y renovar la democracia”, afirmó. Subrayó que el liderazgo inclusivo y la innovación de todas las regiones son esenciales, y señaló: “Los rostros aquí presentes son prueba fehaciente de que los valores democráticos no están ligados a identidades nacionales, credos religiosos ni rasgos étnicos. Estos valores reflejan aspiraciones muy profundas en todos los seres humanos”.
La importancia de la democracia: Superando la brecha Norte-Sur
Un elemento clave en el reequilibrio geopolítico es la importancia de que los Estados colaboren en igualdad de condiciones para consolidar la democracia a nivel nacional, con el apoyo del ámbito multilateral. Si bien los países reafirmaron su compromiso común con la democracia, muchos enfatizaron que los sistemas democráticos deben ofrecer una economía que funcione para su población y líderes que valoren los principios democráticos. La desinformación en línea y en los medios tradicionales contribuye a la creciente polarización y a la disminución de la confianza pública en la democracia.
Un estudio reciente de IDEA Internacional destaca perspectivas complementarias sobre la democracia por parte de los Estados miembros de la ONU. En conjunto, estas perspectivas subrayan la necesidad de enfoques más inclusivos y adaptados al contexto que vinculen los derechos políticos con la capacidad de los sistemas democráticos para proteger los derechos económicos, sociales y culturales de todos, y no solo de unos pocos.
Este tema se reforzó cuando los Estados miembros compartieron sus perspectivas y compromisos nacionales:
En representación de Suiza, que ostenta la Presidencia de IDEA Internacional en 2025, la Embajadora Patricia Danzi, Directora General de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, destacó la fragilidad de la democracia incluso en sistemas consolidados.
Jamás la des por sentada, lucha por ella, enséñala a tus hijos, inclúyela en el currículo escolar y vívela cada día. La democracia no es un modelo occidental, sino un modelo universal para todos los pueblos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren Stork, vinculó la historia de dictadura y recuperación democrática de su país con su compromiso con la formación de coaliciones:
La democracia no se limita a los procedimientos electorales. Es un ecosistema que requiere el estado de derecho, la separación de poderes, el pleno respeto de los derechos humanos, la inclusión y la rendición de cuentas. Nuestra convicción es simple: las democracias más justas, inclusivas y transparentes son también más seguras, más innovadoras y crean sociedades más prósperas.
La ministra de Asuntos Exteriores de Mongolia, Battsetseg Batmunkh, habló sobre la trayectoria democrática de su país desde 1990 y su papel de liderazgo regional:
Mongolia se ha esforzado por fortalecer las instituciones democráticas, defender el estado de derecho y fomentar la participación ciudadana activa. Nuestras recientes reformas han mejorado la independencia judicial y aumentado la participación política de las mujeres; actualmente, el 25 % de nuestros miembros del parlamento son mujeres. Seguimos comprometidos con compartir nuestras experiencias, promover la gobernanza inclusiva y garantizar que la democracia beneficie a la población.
La viceministra de Asuntos Exteriores de Estonia, Minna-Liina Lind, subrayó cómo la libertad y la democracia siguen siendo inseparables de la prosperidad:
Cuando las personas son libres de elegir, cuando las instituciones son transparentes y rinden cuentas, y cuando se permite que la democracia florezca, un país puede desarrollar todo su potencial. La libertad y la democracia no son conceptos abstractos: son la base de la prosperidad.
El ministro plenipotenciario y representante permanente adjunto de Sudáfrica, Marthinus Christoffel Johannes Van Schalkwyk, hizo hincapié en la necesidad de que la democracia esté arraigada en el contexto propio de cada país:
Debemos abrazar la democracia no como un sistema prestado, sino como un proyecto vivo y dinámico, arraigado en nuestras historias, culturas y luchas”, e hizo un llamado a la acción: “La democracia debe vivirse y experimentarse en el día a día de la gente común, a través del acceso a una educación de calidad, atención médica, empleos y seguridad. No puede reducirse únicamente a elecciones periódicas. La verdadera pregunta es: ¿qué aporta la democracia a la vida de las personas y cómo garantizamos que sigan creyendo en ella?”.
La sociedad civil y el ámbito multilateral: El camino a seguir
Un denominador común entre los participantes —que incluyó aportaciones clave del Ministerio de Asuntos Exteriores, de la Commonwealth y de Desarrollo del Reino Unido y de organizaciones como la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, la Alianza para el Gobierno Abierto, la Fundación Multitudes, la Coalición Global por la Democracia y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo— fue que la defensa de la democracia no es tarea de un solo actor, sector, región o país.
Subrayando la necesidad de superar los modelos tradicionales de donante-receptor, Thomas Carothers, director del Programa de Democracia, Conflicto y Gobernanza de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, articuló la nueva realidad:
Se abre ante nosotros un nuevo mundo horizontal… Todos tenemos problemas. Todos buscamos respuestas.
Concluyó que este cambio implica buscar una mayor apertura y nuevas formas de hacerlo que sean genuinamente colaborativas.
El Representante Permanente de Canadá ante la ONU, el Embajador Robert Rae, reflexionó sobre la necesidad de humildad y escucha en el apoyo a la democracia:
Escuchar es más importante que hablar. Debemos crear un espacio donde ambas ideas puedan coexistir. Si actuamos con humildad y nos escuchamos mutuamente, probablemente tendremos más éxito.
El secretario de Estado de Noruega, Andreas Kravik, enfatizó la urgente necesidad de defender los valores democráticos y de formar amplias coaliciones en apoyo de la democracia:
Debemos ser muy firmes al decirnos a nosotros mismos y a todo aquel que quiera escucharnos que tenemos que tomar las riendas de esta situación. No habrá ningún salvador que venga a rescatarnos. Necesitamos defender con firmeza la democracia, sus valores y principios, y esperamos colaborar hoy con todos los países y actores no estatales presentes aquí, con el apoyo de IDEA Internacional.
Estas contribuciones, junto con las aportaciones de otros socios gubernamentales, como el Reino Unido, la Unión Europea, Costa Rica, Finlandia, Timor-Leste, Suecia y Portugal, reforzaron la idea de que la resiliencia de la democracia reside en su adaptabilidad y capacidad de respuesta a las necesidades de la ciudadanía. Los participantes hicieron un llamamiento a renovar el compromiso con la defensa del espacio cívico, la lucha contra la desigualdad y la desinformación, garantizando al mismo tiempo que los modelos de asistencia a la democracia tracen juntos nuevos caminos que reconozcan los profundos cambios geopolíticos globales en curso.
El debate culminó en un sólido consenso: la protección de la democracia exige nuevas narrativas y una arquitectura democrática global renovada, basada en alianzas inclusivas, un liderazgo más amplio y diverso, el aprendizaje horizontal entre pares y la colaboración entre gobiernos de todo el espectro político, la sociedad civil y las instituciones multilaterales.
Fundamentalmente, el camino a seguir requiere aprovechar el sistema multilateral, en particular la ONU y otros organismos intergubernamentales, como plataformas para una agenda democrática global renovada e inclusiva.
El debate concluyó con una nota inspiradora, cuando Julie Delahanty, presidenta del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá, afirmó la firme resolución colectiva de defender y revitalizar la democracia:
Debemos marcharnos hoy de aquí no solo con ideas, sino con una renovada determinación: la determinación de hacer más, de hacerlo mejor y de hacerlo juntos.
Aprovechando el impulso de este diálogo, la convergencia del 80º aniversario de la ONU y el 30º aniversario de IDEA Internacional en 2025 ofrece una oportunidad vital para reflexionar, reevaluar y trazar una agenda global renovada para la democracia en una era geopolítica transformada, basada en la colaboración, la humildad y el compromiso compartido.
 
                               
                               
                               
                               
                               
                               
                               
                               
           
     
     
    