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Publicado el Boletín de Justicia Electoral No. 10: Democracia Directa

September 30, 2019
Fragmento de la portada del Boletín de Justicia Electoral No.10

El Boletín de Justicia Electoral de IDEA Internacional de este mes explora los Mecanismos de Democracia Directa en México, Centroamérica y el Caribe.

El voto de la ciudadanía es una herramienta fundamental de los sistemas democráticos; es el punto de partida para la toma de decisiones en democracia. En la mayoría de los casos, el uso del voto popular se ha limitado a la elección de candidatos/as a cargos públicos y representantes; no obstante, en años recientes, más países han optado por los mecanismos de la democracia directa (MDD) —como la iniciativa ciudadana, los referendums, las consultas populares, la revocatoria del mandato, el presupuesto participativo y las peticiones en línea— para la toma de decisiones sobre temas sustantivos de interés público.

De acuerdo a la Base de Datos de Democracia Directa de IDEA Internacional, en décadas recientes, el uso de los MDD ha sido más recurrente a nivel global. Desde 1980, 141 de los 174 países estudiados —un poco más del 80 por ciento del total—, han utilizado mecanismos de democracia directa para decidir sobre temas de interés público, como reformas constitucionales, la adopción de tratados internacionales, aspectos relacionados con la soberanía nacional —como la privatización y nacionalización de recursos— y la regulación de recursos económicos y financieros. Y es que recientemente a nivel global, han habido ejercicios muy relevantes. Uno de los que hoy cobran mayor vigencia es el referéndum de 2016 sobre la permanencia del Reino Unión en la Unión Europea. Otro más es el plebiscito de 2016 sobre la aprobación o rechazo de los acuerdos de paz entre el gobierno Colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Y uno más, es el referéndum constitucional en Turquía que cambió el sistema de gobierno parlamentario a uno presidencialista.

La democracia directa ofrece ventajas, sobre todo cuando se trata de cerrar la brecha entre la participación de la ciudadanía, el sistema político, la política y la toma de decisiones. Pero esta también implica un alto grado de responsabilidad a nivel individual y ciudadano. Es importante tener en cuenta que los MDD, como los referéndums, los plebiscitos, las iniciativas ciudadanas, los procesos de revocación de mandato, u otros más actuales como el presupuesto participativo, asambleas locales y las peticiones en línea, son y deben ser mecansimos de participación comprometida y responsable por parte de la ciudadanía.

En este sentido es esencial definir que la democracia directa debe ser un complemento de la democracia representativa, pues existen potenciales riesgos en el abuso de los MDD. En este tenor es primordial establecer que la democracia directa debe complementar a la democracia representativa para combinar las ventajas que ambos sistemas ofrecen. Por un lado, la deliberación pública y la ciudadanía activa, y por otro, la especialización y el establecimiento de pesos y contrapesos, así como la rendición de cuentas.

 

Leer el boletín completo: Boletín de Justicia Electoral No. 10

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