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Los resultados de las elecciones de febrero 2023 en Ecuador: un gobierno debilitado y el correísmo fortalecido

February 10, 2023 • De parte de Paolo Moncagatta

Las elecciones seccionales del pasado 5 de febrero en Ecuador confirman algo de lo cual muchos analistas ya venían hablando desde hace meses: la debilidad del gobierno de Guillermo Lasso. A pesar de que no todos los resultados que se dieron fueron los esperados, el panorama general después de las elecciones es el de un ejecutivo sumamente frágil, que deberá enfrentar importantes dificultades en términos de gobernabilidad en lo que resta de su período.

Aclaración: Las opiniones expresadas en este comentario son las del autor. Este comentario es independiente de intereses políticos o nacionales específicos. Las opiniones expresadas no representan necesariamente la posición institucional de IDEA Internacional, su Junta de Asesores o su Consejo de Estados Miembros.

 

Emergen como ganadores claros en este proceso electoral el movimiento Revolución Ciudadana y su líder Rafael Correa. Después de haber obtenido sus peores números en las elecciones de 2019 (y algo mejores en el 2021), el correísmo vuelve con fuerza. Se hace de las alcaldías y prefecturas más importantes del país, recuperándolas de sus principales adversarios políticos. Pero más allá, por el número de alcaldías obtenidos a nivel nacional, la Revolución Ciudadana -y Pachakutik- deja la impresión de ser uno de los pocos movimientos/partidos con una estructura consolidada a nivel nacional.

Los triunfos más relevantes para la Revolución Ciudadana son sin duda las alcaldías de la capital Quito y el puerto principal Guayaquil, y las respectivas prefecturas provinciales de Pichincha y Guayas.

Los triunfos en Pichincha y Quito son muy importantes pero tal vez no tan sorprendentes: la prefecta Paola Pabón fue reelegida con cerca del 28% (en la elección pasada ganó con el 22%). En cuanto a la alcaldía de Quito, el triunfo de Pabel Muñoz es importante para la Revolución Ciudadana por dos razones. Primero, porque le permite al correísmo recuperar una de las plazas políticas más importantes del país: la alcaldía de la capital. Segundo, porque deja ver que el “voto correísta” en la capital es un voto duro, que se dirige a sea quien sea el candidato: en el 2019, la candidata correísta Luisa Maldonado estuvo cerca de hacerse con la alcaldía, llegando segunda con más del 18% del voto popular. En la elección de 2023, la misma candidata, pero ahora corriendo por otro movimiento, obtuvo menos del 1.5%, mientras el candidato correísta Muñoz ganó la elección con el 25%.

Pero sin duda los triunfos más importantes para el correísmo se dieron en la provincia de Guayas y su capital Guayaquil, puerto principal del país. Esta provincia y su capital han sido feudos del Partido Social Cristiano (PSC) desde hace 3 décadas. Desde las alcaldías del expresidente León Febres-Cordero, que comenzaron en 1992, el PSC ha siempre estado al mando del cabildo de Guayaquil. Primero, con Febres-Cordero de 1992 a 2000, después con Jaime Nebot desde 2000 hasta 2019, y después con Cynthia Viteri, desde 2019 a 2022 – siempre obteniendo resultados electorales de más del 50%. En la elección de 2023, después de 30 años, el PSC ha perdido la alcaldía de Guayaquil, frente al Movimiento Revolución Ciudadana: la candidata socialcristiana Cynthia Viteri, que optaba por la reelección, obtuvo un inusitado 30% del voto, mientras que el candidato correísta Aquiles Álvarez -un outsider a todas luces- obtuvo un 40%. Con la prefectura de Guayas ocurrió algo parecido, aunque no tan espectacular como con la alcaldía de Guayaquil. La prefectura de Guayas ha tenido también una tradición socialcristiana, con Nicolás Lapentti como prefecto del 1992 hasta el 2009, y después con Carlos Luis Morales y Susan González -actual prefecta en funciones- desde el 2019 hasta el día de hoy. En las elecciones del pasado domingo, el correísmo recupera la prefectura de la provincia, que ya habían ocupado hace más de una década, con la candidata Marcela Aguiñaga, que obtuvo el 35% del voto.

A Pachakutik -el brazo político de los movimientos indígenas del país- también se lo puede considerar como un vencedor del proceso electoral, no solo por la cantidad de alcaldías que el Movimiento obtiene, sino por lo que estas significan. Tal vez Pachakutik no se haga con las alcaldías de las ciudades más importantes del Ecuador (Quito, Guayaquil, Manta, Cuenca, etc…) Pero mantiene estabilidad en donde siempre ha sido fuerte: la sierra centro y norte del país, y la Amazonía. Estas provincias podrán ser pequeñas en términos poblacionales, pero son importantísimas por dos razones: porque son las provincias en las que más indígenas viven en el país, y por su ubicación geográfica. Todas las provincias de la sierra norte y central, y de la Amazonía fueron claves a la hora de las movilizaciones más importantes que ha vivido el Ecuador en los últimos años: los paros indígenas de octubre 2019 y junio 2022. El que Pachakutik gobierne en estas regiones y ciudades implica que el poder de movilización del Movimiento siga vigente: “La lucha en las calles fue refrendada en las urnas”, afirmó Leónidas Iza, presidente de la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador).

El claro perdedor de las elecciones pasadas es -aparte del PSC- el Movimiento CREO del presidente Guillermo Lasso.

En términos generales, esto se puede ver en las elecciones uninominales, donde CREO obtiene pocas alcaldías y prefecturas de importancia. Pero si hubo algo que es un claro indicador de la debilidad del gobierno actual, y del rechazo a su estilo y sus políticas públicas, fueron los resultados en el referéndum convocado por Guillermo Lasso. Un referéndum de ocho preguntas que (como suele ser) fue diseñado para que la mayoría de ciudadanos lo aprobara, ya que incluía temas de importancia obvia para el país: seguridad, institucionalidad, medio ambiente. En las semanas anteriores a las elecciones ninguna encuestadora -sin excepción- daba por ganador al “No”: es más, todas colocaban al “Sí” como ganador con números de por sobre el 60% en todas las preguntas. Los últimos resultados ponen como ganador al “No” en todas las preguntas con porcentajes de entre el 52% y el 58%. Este es sin duda un gran revés para el ejecutivo, que había presentado al referéndum como su proyecto, y que, muy probablemente, había calculado que ganaría con amplios márgenes y que esto le ayudaría a recuperar algo de la credibilidad perdida en estos dos años de gobierno. El tiro le salió por la culata: el referéndum fue una equivocación estratégica, perdió estrepitosamente, y ahora pone al ejecutivo en un plano mucho más difícil que antes de las elecciones.

A raíz de los resultados del pasado domingo, el círculo íntimo del equipo del presidente Lasso se empieza a desmoronar. El Ministro de Gobierno Francisco Jiménez -de absoluta confianza del presidente hasta ahora- ha sido reemplazado por el exlegislador socialcristiano Henry Cucalón. El Consejero de Gobierno Aparicio Caicedo -otra figura muy cercana al presidente- acaba de presentar su renuncia. Al momento en que esta columna está siendo redactada, se habla de la renuncia de otros funcionarios del más alto rango del gobierno. Se asume públicamente que esta importante crisis de gabinete está directamente relacionada con el fracaso electoral de hace pocos días.

Hoy, 4 años después, el Ecuador se encuentra con un panorama político parecido al de 2019. Los últimos dos años de gobierno del expresidente Lenin Moreno vieron a un ejecutivo débil, que debía hacer frente a varias amenazas internas y externas. Desde una Asamblea Nacional que le jugaba en contra, hasta la inesperada y fulminante pandemia del COVID-19, hicieron que el objetivo principal del gobierno durante sus últimos años sea sobrevivir en el poder. Hoy, con una Asamblea Nacional en contra, con niveles de aprobación bajísimos, con su principal adversario político (el correísmo) fortalecido, con una crisis de seguridad galopante, y con un movimiento indígena siempre preparado a movilizarse en territorio, parecería que el presidente Guillermo Lasso enfrenta una situación muy similar. Habrá que ver si el importante recambio en su equipo en que está trabajando en estos días le permite ganar mayores márgenes de gobernabilidad.

Este artículo fue cedido para ser publicado en Café Semanal Latam.

 

 

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Acerca de los autores

Paolo Moncagatta
Decano de Ciencias Sociales y Humanidades en la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador.
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