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Elecciones en Costa Rica 2014: Segunda ronda

April 11, 2014

Programa Regional para América Latina y el Caribe, con el apoyo de María José Cascante (Máster en Estudios Latinoamericanos) La campaña electoral con miras en la segunda ronda

Por segunda vez en la historia de Costa Rica la elección del Presidente de la República se realizó en segunda ronda, debido a que ninguno de los candidatos obtuvo el 40% de los votos necesarios en la primera vuelta. En la ocasión anterior también estuvo un Araya, Rolando, hermano de Johnny quién perdió contra Abel Pacheco del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).

Los resultados electorales de la primera ronda evidencian una alta fragmentación y competitividad que impacta también la composición del Congreso. A la segunda ronda electoral acudieron el pasado 6 de abril solamente los dos candidatos más votados en la primera: Luis Guillermo Solís del Partido Acción Ciudadana (PAC) y Johnny Araya del Partido Liberación Nacional (PLN), quienes obtuvieron un 30,64% y 29,71% respectivamente.

Uno de los aspectos más sorpresivos de la campaña sucedió el 5 de marzo cuando el candidato oficialista Johnny Araya sorprendió al país con su decisión de retirarse de la campaña electoral de cara a la segunda vuelta. Esta inédita situación sumió al Partido Liberación Nacional (PLN) en la peor crisis desde su fundación, a la vez que generó una justificada preocupación ante un potencial incremento del abstencionismo. Lo inédito de la decisión (renuncia sin efecto legal, pero con amplia repercusión política) y la particularidad de la regulación tica sobre la segunda vuelta (la Constitución prohíbe renunciar o abstenerse a los candidatos que pasan a la segunda vuelta) obligaron a Luis Guillermo Solís a competir con un “candidato fantasma”. La estructura partidista y los sectores de base del PLN lideraron la convocatoria en el último mes de campaña electoral.

Este proceso electoral estuvo marcado por una serie de “renuncias”. A lo interno del PLN Rodrigo Arias decidió no participar de una contienda interna y le dejó el paso libre a Araya –ex-alcalde de San José por más de 20 años-. Adicionalmente, la campaña liberacionista en la primera ronda fue tildada de clientelista, principalmente por las “Caravanas de la Salud”, el uso de espacios públicos como el Gimnasio Nacional para promocionar al candidato y el corte de ayudas sociales que tenía su plan de gobierno previo a la primera votación.

La estrategia del PAC ha sido muy distinta y se ha destacado su distanciamiento de la “política tradicional”. A falta de debate previo a la segunda ronda electoral, Luis Guillermo Solís se dedicó a generar lazos con diversos sectores del país y a exponer su Plan de Gobierno, a través incluso de los medios de comunicación de masas.

La trayectoria del candidato del PAC durante la campaña también ha sido bastante diferente. Luis Guillermo proviene de un entorno más académico y menos político que Johnny Araya. Su candidatura surge de elecciones internas abiertas del Partido en competencia con otros 3 pre-candidatos y con una ventaja muy reducida.

Durante la campaña fue infravalorado por la oposición hasta la encuesta del 29 de enero del Semanario Universidad que los posicionaba en segundo lugar, para finalmente obtener la mayor cantidad de votos en la elección del 2 de febrero. El PAC inició su campaña con pocos fondos y un fuerte esfuerzo por posicionarse territorialmente, ya que en elecciones anteriores se ha catalogado a este partido como vallecentralista.

Otra de las peculiaridades de esta campaña ha sido la importancia de las redes sociales. En general se ha cuestionado el papel del PLN para adaptarse a una nueva forma de hacer política y a la capacidad tanto del Frente Amplio como del PAC para acercarse de una nueva manera a la población costarricense que se encuentra mucho más pendiente de la política y se sienten a través de las redes más cercanos a los actores políticos.

Los resultados

Luego de que Johnny Araya se retirara de la campaña, Luis Guillermo Solís se propuso como meta obtener un millón de votos en la segunda ronda electoral. Finalmente, obtuvo más de un millón trescientos mil votos (77,81%). Mientras que Araya obtuvo alrededor de trescientos setenta mil votos (22,19%), de acuerdo con los datos preliminares del Tribunal Supremo de Elecciones.

Más allá de que el candidato del PAC alcanzara esta meta, los resultados fueron sorprendentes en dos niveles. En primer lugar, la cantidad de votos que obtuvo Luis Guillermo Solís es histórica y ratifican el apoyo a una nueva opción política que se distancia del tradicional bipartidismo costarricense y lo que se había convertido en la hegemonía del PLN, además del descontento ciudadano ante el clientelismo y corrupción. No obstante, no se puede obviar que sigue siendo un voto en segunda ronda donde se redujo en gran medida la cantidad de opciones partidistas.

En segundo lugar, es representativo que a pesar de que Johnny Araya se retiró de hacer campaña una cantidad relevante de votantes se acercó a las urnas a emitir el voto, probablemente por lealtades partidistas, ya que el propio directorio del PLN le ha quitado el liderazgo y asumen las líneas de acción de la futura bancada.

De los resultados electorales también se desprende el abstencionismo, que se ha convertido en una temática relevante para el análisis. El porcentaje fue de un 43%, bastante mayor que en primer ronda, pero, según algunos analistas, bajo para un final de campaña donde uno de los candidatos había renunciado. Destaca también el llamado de algunos sectores de otros partidos políticos para no votar en la segunda ronda. Estos indicadores ratifican lo que el Latinobarómetro (2013) cataloga como una “pérdida en el capital democrático” del país.

El escenario post-electoral

El nuevo presidente asume su posición con una gran cantidad de temas en la agenda nacionales, las primeras declaraciones de Luis Guillermo Solís han sido contundentes en temas muy debatidos como por ejemplo avanzar hacia un Estado laico y la electricidad, sobre esta última anunció que la prioridad es bajar el costo de la misma, aunque esto implique la participación de la empresa privada.

El desempleo y el crecimiento de la desigualdad es un reto no solo del nuevo mandatario sino del país en general, que debe enfrentarse sin perder de vista las presiones de las distintas cámaras empresariales y sectores económicos importantes para el país.

El discurso de las diversas fracciones se mantiene a favor de la “unidad nacional”, esto resulta muy relevante debido a la alta fragmentación del Congreso. En este sentido, Solís asume su papel en el ejecutivo como un presidente bastante minoritario, esto es lo que Mainwaring (1995) cataloga como la “difícil combinación” de los regímenes presidencialistas. En general, la estabilidad de Costa Rica se ha caracterizado por ser la excepción en la región latinoamericana, ahora hay que esperar para ver el papel que va a desempeñar Solís como cabeza del Ejecutivo y su capacidad para transitar hacia un país más gobernable.

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