Millenians bolivianos en busca de una participación activa y responsable.

Una investigación realizada por IDEA Internacional, con el apoyo de la Embajada de Suecia, ha tenido un notorio impacto en los medios masivos de comunicación del Departamento de Santa Cruz, que han dedicado varias páginas, editoriales y numerosas notas y comentarios en emisoras radiales y canales de la televisión. Y es que el estudio contiene hallazgos y análisis muy relevantes.

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Para el año 2016, la población en Bolivia entre 16 y 28 años alcanza a 2.610.000 personas, de las cuales 771.000 residen en el Departamento de Santa Cruz. Esos datos, por sí mismos, debieran concitar una atención especial de los diferentes niveles de gobierno y de las organizaciones políticas para la construcción de políticas públicas que ofrezcan el debido tratamiento a las necesidades, expectativas y requerimientos de esa población. Más aún si se toma en cuenta que las y los jóvenes de hoy se encuentran conectados con todos los eventos mundiales en línea y, por tanto, tiende a construir visiones y paradigmas que las lógicas tradicionales de gestión pública no consideran suficientemente o, peor aún, no los comprenden. 

Los resultados de las encuestas  realizadas por el equipo de IDEA Internacional muestran a una juventud que se siente distante y desconectada de las autoridades públicas. A pesar de que el 95% de la juventud no forma parte de organizaciones y el 69% no tiene interés en participar en política, el 61% está dispuesto a involucrarse en cuestiones de la agenda pública por su propio bienestar y el de su familia, así como el de su comunidad, lo cual demuestra que los conocidos Millenians no son una generación indiferente.

Tienen agenda y quieren participar en la deliberación y gestión de los asuntos públicos, pero no en los roles que los partidos políticos les han asignado tradicionalmente. No como meros activistas en campañas electorales  sino en la construcción de propuestas y tratamiento de temas de fondo. Las inquietudes de las juventudes cruceñas tienen que ver, entre otras cuestiones, con el medioambiente, denuncian la destrucción de los bosques y los desmontes que se llevan a cabo de manera masiva para expandir la actividad agroexportadora (soya). Demandan al Estado y a los partidos políticos la seguridad ciudadana y se preocupan por el empleo, ya que un grueso porcentaje carece de trabajo o le es muy difícil acceder a él. Según los datos obtenidos a través de la encuesta, existe un 41% de jóvenes desempleados entre los 16 y los 30 años. Esta situación se torna aún más preocupante cuando observamos que casi un 80% de los jóvenes desempleados ya llevan más de 6 meses en esta condición.

Los Millenians están marcando una nueva vía a la política y a la función pública en los distintos niveles del estado. Urge cambiar la visión de los partidos políticos en cuanto a la relación que mantienen con ellos. No es suficiente que las y los jóvenes militen formalmente en las organizaciones políticas sino que incidan en las propuestas programáticas con perspectiva generacional.

Por otra parte, también las juventudes se encuentran ante el desafío de promover y protagonizar la renovación/transformación de las organizaciones políticas superando las lógicas adulto centristas, para evitar ser atrapados por la perpetuación de prácticas obsoletas y de relaciones de poder cuestionables. Las organizaciones juveniles deben tener la capacidad de reconocer la diversidad de la sociedad de la que forman parte y de la propia juventud, para contribuir a la construcción de visiones más integradoras y actualizadas, capaces de encarar con éxito los enormes desafíos del mundo globalizado.