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Perú: Elecciones subnacionales, partidos y distancias sociales

September 30, 2022

Este 2 de octubre tendrán lugar en Perú elecciones regionales y municipales. En total se elegirán a 13,032 autoridades, incluyendo a los 25 gobernadores regionales, 196 alcaldes provinciales y 1694 distritales. Esto proceso se dará en un contexto de particular conflictividad, tendencia que viene de años anteriores, pero acrecentada desde la última elección presidencial del 2021.

Aclaración: Las opiniones expresadas en este comentario son las del autor. Este comentario es independiente de intereses políticos o nacionales específicos. Las opiniones expresadas no representan necesariamente la posición institucional de IDEA Internacional, su Junta de Asesores o su Consejo de Estados Miembros.

 

A continuación, algunas reflexiones sobre el proceso electoral del 2 de octubre y sus posibles implicancias políticas a futuro.

Subnacionales. Menos partidos nacionales y “limeños”

Según datos del Jurado Nacional de Elecciones[1], en estas subnacionales, el 56 por ciento son candidatos de partidos políticos y el 43 por ciento de movimientos regionales. Ahora bien, en total son sólo 12 los partidos nacionales que están compitiendo, por debajo de los 22 que lo hicieran en el 2018. Al menos desde hace dos décadas no participaban tan pocos partidos nacionales. Ello a pesar de que la ley electoral n°30688 del 2017, para “fortalecer partidos” prohibió la participación de organizaciones locales en elecciones municipales.

Aquellas cifras de partidos nacionales parecen confirmar una tendencia desde el 2006 (salvo en 2018). Ciertamente, los movimientos regionales también se han reducido desde el 2010, aunque con un ligero repunte este 2022.

Por otro lado, el índice de territorialización de los partidos (26.76 por ciento) muestra que en promedio cubren poco más de la cuarta parte de distritos electorales. Apenas 3 partidos superan el 40%, Alianza para el progreso (58.9%); Partidos Democrático Somos Perú (54.3 por ciento); y Partido Político Nacional Perú Libre (43.5 por ciento). El resto, no supera el 30 por ciento, como se puede ver en el siguiente gráfico:

 

Es decir, presentan más candidaturas los partidos surgidos con liderazgos “provincianos”, Alianza para el Progreso (Acuña, La Libertad) y Perú Libre (Cerrón, Junín). Ciertamente el primero tiene más tiempo consolidando alianzas, además de un respaldo empresarial. Perú Libre ganó impulso importante al haber ganado las presidenciales 2021, estando por ver su permanencia. Somos Perú, por su parte, nació como un partido municipalista en Lima, estando marcado por un extremo pragmatismo. Actualmente no podría formarse un partido igual, dada la actual legislación.

Ya no sólo no están el APRA y el PPC, sino que Acción Popular y Fuerza Popular presentan apenas 24.3 por ciento y 11.4 por ciento de alcance territorial, respectivamente.

Estos datos, entre otras cosas, pone en cuestión si realmente los altos requisitos de territorialidad para inscribir partidos (los más altos de la región) están acordes al verdadero alcance de los mismos. Por otro lado, llama a evaluar los beneficios y costos de haber limitado el acceso a las organizaciones locales[2].  

 

Elecciones con apatía, ¿más polarización por delante?

En Lima, un ex militar (Daniel Urresti) y un empresario conservador (Rafael López Aliaga), se encuentran como los favoritos. En tercer lugar se ubica un joven político, ex arquero del club de fútbol Alianza Lima. Aunque sin mayor experiencia (dejó la alcaldía del distrito de La Victoria para tentar la presidencia en 2021), se encuentra al alza, aprovechando el rechazo a los dos primeros por parte de un sector del electorado.

En los medios de Lima poco es lo que se informa sobre las elecciones fuera de la capital. Tampoco hay mucho intercambio en sus redes sociales. Aparentemente, habría cierto desinterés. Paradójicamente, ello puede abonar a favor de un escenario con más profundas distancias y, posteriormente, polarización tóxica.

Según el reporte de la Democracia 2022 de V-Dem[3], Perú se ubica entre los países con mayor incremento de polarización entre 2011 y 2021[4]. La tendencia se habría incrementado en el 2016 y sobre todo el último año.

Las elecciones presidenciales del 2021 mostraron una polarización tóxica a niveles no percibidos en los últimos años. Además de discursos en las antípodas, había una carga identitaria y reivindicativa. Aunque no fueron los únicos en votar por Castillo, hubo una relación fuerte entre auto identificación étnica y voto por dicho candidato, por departamento y distritos de Lima[5]. El hecho de que antes de asumir el poder la oposición planteara la vacancia, fue señalado por algunos no sólo como debido al temor al “comunismo”, sino desconfianza por su procedencia social y étnica.

Incluso en la actualidad, Castillo tiene menos desaprobación en zonas rurales y el sur andino y oriente, en contraste con un firme rechazo en Lima. Vale señalar que serias denuncias de corrupción y debilitamiento del aparato estatal por nuevos nombramientos han afianzado el rechazo, que es mayoritario en el país.

Pero es precisamente en aquel sur andino donde Antauro Humala, ex militar sentenciado por el asesinato de policías en el llamado “Andahuaylazo” y recientemente liberado, está congregando multitudes. Nuevamente, un discurso “anti limeño”, ultranacionalista e identitario, esta vez descarnadamente racista (“el poder deben ejercerlo los de piel cobriza”), viene despertando adeptos.

Desde diferentes sectores, particularmente en la capital, se mira con más preocupación al nuevo caudillo. Sin embargo, el sistema político sigue adoleciendo de problemas de representación y de diálogo. Parece continuar una dislocación entre los escenarios políticos.

 

[1] JNE, Perfil Electoral ERM 2022, “El perfil de las candidaturas a las elecciones regionales y municipales 2022”, Agosto 2022.
[2] Entre otros costos, limitar el derecho a la representación en localidades indígenas.
[3] Boese, V, et al, Democracy Report 2022. V-Dem, Marzo, 2022
[4] Según dicho informe, de los 12 países con mayor incremento, 5 son de las Américas, entre ellos Perú.
[5] Del Aguila, 2021. “De Lima a Ayacucho. Los clivajes étnico y territorial de nuestra democracia”. Julio 2021, Congreso de Historia Bicentenario.
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